“La Motivación es el motor de la conducta.”




miércoles

LA VIDA ORGANIZACIONAL

La Vida Organizacional
¿Sinergia o Guerra Civil?
Dr. Marc I. Ehrlich

Introducción



Cuando dos o más personas trabajan juntas se enfrentan a un dilema. Pueden cooperar entre ellos y armonizar sus esfuerzos asegurándose que todo lo realizado sea un éxito, o cada uno podrá continuar con sus agendas personales y obstaculizar el esfuerzo que el equipo hace por lograr sus metas. Cada persona tiene que tomar una decisión consciente acerca de su forma de trabajar con los demás.

Todo lo que hacemos tiene un impacto en el desempeño del equipo. Desde cómo saludamos a los demás por la mañana, cómo coordinamos nuestros esfuerzos en un proyecto, hasta la manera en la que decidimos manejar los conflictos interpersonales. Nunca existe un momento en el que nuestra conducta personal deje de tener un impacto sobre el funcionamiento del equipo.

Obviamente no todas las acciones tienen el mismo impacto. Algunas acciones son menos intensas y, por lo tanto, no tienen una seria repercusión sobre el funcionamiento del equipo. Los equipos que tienen un alto rendimiento, de los cuales se hablará con más detalle a lo largo del libro, son capaces de absorber con mayor éxito los conflictos entre sus miembros, a diferencia de aquellos grupos de trabajo que no han sido capaces de desarrollar una identidad de equipo. Sin embargo, debemos de tener en cuenta, que todo lo que hacemos, la manera cómo nos conducimos en el trabajo y la forma en la que expresamos nuestras opiniones y desacuerdos, va a tener un efecto específico dentro de las relaciones interpersonales del equipo.

Todos los equipos, sin importar cual sea su nivel de desarrollo, se enfrentan con tareas similares. Estos aspectos incluyen: la forma en cómo se ejerce, se distribuye y se comparte el poder, cómo se toman las decisiones, cómo es capaz el equipo de optimizar las habilidades de cada miembro sin provocar luchas de poder desgastantes, cómo son negociadas y resueltas las diferencias de opinión y los conflictos de interés, la manera en que las necesidades personales y las del equipo son balanceadas, el nivel de apertura a ideas nuevas e innovadoras y el grado en que el equipo es capaz de monitorear su propio funcionamiento. Los equipos se enfrentan constantemente a tomar una de dos decisiones: 1) llevar estas tareas a la mesa de trabajo y abordarlas abiertamente, o 2) dejar que éstas operen de forma silenciosa e indecisa.

Cuando se elige trabajar en una forma consciente y concienzuda, los miembros son capaces de desarrollar mayor sinergia. La sinergia es la experiencia que resulta cuando los miembros del equipo funcionan como una unidad integrada y no como un grupo de individuos. Cuando se logra sinergia, existe un notable flujo de energía entre los miembros. Casi siempre es como si los miembros conocieran lo que los demás están pensando y planeando hacer.

La sinergia permite al equipo funcionar como una orquesta; una máquina coordinada y armónica de piezas interdependientes. Cada persona complementa a la otra. Cada persona confía en sus colegas y en que harán lo necesario para mantener el ritmo.

Cuando los miembros de un equipo eligen seguir sus “agendas personales”, ya sea que estén conscientes o no de esta decisión, corren el riesgo de iniciar una guerra civil. Una organización que se encuentra en guerra civil maneja luchas de poder, territorialidad, egoísmo, desconfianza, defensividad, sabotaje y mentiras.

Aún los miembros que comulgan con el trabajo de equipo y declaran su compromiso de trabajo con los demás para el beneficio de la organización son susceptibles a entrar a una guerra civil. Una guerra civil se da cuando las personas están más preocupadas en promover su propia carrera y en protegerse de ataques personales, que en el trabajo que favorece el éxito del equipo. Una guerra civil cae en un círculo vicioso de defensividad que provoca defensividad en otros, de críticas que provocan críticas por parte de los demás y de luchas de poder que provocan a su vez luchas de poder más inflexibles.

La decisión de trabajar en forma consciente no es una tarea fácil. A veces resulta mucho más fácil “hacerse de la vista gorda” ante un problema, porque darse cuenta de algo requiere actuar; la acción requiere disciplina y la disciplina requiere compromiso y consistencia.
Los equipos de alto rendimiento, son lo suficientemente fuertes para sobrellevar conflictos momentáneos, luchas de poder y confrontaciones directas. Los equipos que apenas se están formando o los grupos que tienen un historial de conflictos internos, siempre se encontrarán “en la cuerda floja” de que se produzca el repentino estallido de una guerra civil.
Una vez que la guerra civil ha estallado, el daño puede llegar a ser tan severo que sea imposible el futuro trabajo en equipo. Sin embargo, en algunas guerras civiles, a pesar del daño que se ocasiona a los miembros en su capacidad de tenerse confianza, pueden seguir teniendo el deseo de comenzar de nuevo y esforzarse por reestructurar el proceso de equipo para trabajar juntos. Los miembros decidirán si aprenden de sus errores o continúan tratando de obtener logros personales y la búsqueda egoísta de la gloria individual.

No hay comentarios:

© Positivo, AllRightsReserved.

. .